Los procesos ligados a las manifestaciones públicas de memoria tienen al menos dos etapas: una de iniciativas de instalación de marcas territoriales y conmemoraciones, que responde a una demanda de un grupo humano de emprendedores que intentan inscribir ciertos sentidos a fechas o a lugares, físicos o simbólicos; y una segunda etapa, que también aparece en el momento de la instalación como una intención “pedagógica”, remite a la significación de la conmemoración para el resto de la gente y para las generaciones futuras. Este texto trabaja sobre este segundo tema, que toma como eje el horizonte de futuro, el impacto o efecto de la memoria en los cambios sociopolíticos que se quieren ver plasmados. El objetivo es poner en cuestión algunos de los supuestos y sobre entendidos básicos implícitos en ese “deber de memoria”: la relación entre memoria y justicia, entre memoria y democracia, y entre preservación-conservación y transmisión. Para ello, se presentan algunos procesos institucionales estatales, procesos en el plano simbólico y en el ámbito de la educación y la transmisión. No es el objetivo presentar un análisis
exhaustivo de todos los procesos y dimensiones de cambio en estos ámbitos, sino plantear algunas situaciones que permiten repensar y plantear preguntas nuevas sobre la relación entre memoria y democracia.
Jelin, E. (2013). Memoria y democracia. Una relación incierta. Política. Revista De Ciencia Política, 51(2), pp. 129–144. https://doi.org/10.5354/0719-5338.2013.30162