El deterioro ambiental y la sobreexplotación de nuestros recursos naturales trasladaron diversas preocupaciones ambientales y ecológicas a la discusión política. Entre ellas destaca la crisis hídrica, la que ha generado un severo cuestionamiento a la regulación e institucionalidad respectiva. Debido al carácter transferible de los derechos de aprovechamiento, se creó un mercado en el que, en los hechos, resulta posible comerciar un bien incomerciable, inalienable e imprescriptible. No obstante el problema es mucho más amplio y tiene diferentes aristas: una jurídica-fáctica, de infraestructura, y de inversión y descubrimiento de nuevas fuentes.